Alienígenas como arma política

Los miembros de la subcomisión de Seguridad Nacional, Frontera y Asuntos Exteriores del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes escucharon durante más de cuatro horas y en una rara demostración de sintonía bipartidista los recuentos de tres testigos ("valientes", los llamaron representantes de ambos lados) sobre sus experiencias con objetos no identificados: David Grusch, ex oficial de inteligencia de la Fuerza Aérea que sostuvo que el Pentágono tiene en su poder restos de naves alienígenas y "restos no humanos"; David Fravor, comandante retirado de la Marina; y Ryan Graves, expiloto de la Armada.
El propósito de la audiencia, la primera de una serie, era forzar al Pentágono a difundir la información clasificada de la que disponen para, según el congresista republicano Tim Burchett, de Tennessee, uno de los más activos en el tema, "levantar la tapadera". "No podemos fiarnos de un Gobierno que no se fía de sus ciudadanos", consideró. En palabras de su compañero de filas Glenn Grothman (Kentucky), presidente del subcomité, la aspiración es acabar "las salvajes especulaciones sobre la naturaleza de los ovnis, que no benefician a nadie, a base de hechos".
un cambio de nombre para combatir los tabúes: el Gobierno estadounidense y los legisladores prefieren que se los llame "fenómenos aéreos sin identificar" (UAP). Grusch, por su parte, dijo que fueron los ideales de la "verdad y transparencia" los que lo llevaron a convertirse en un denunciante ("whistleblower", palabra de moda en los últimos años en Washington), tras 14 años en los servicios de inteligencia, los últimos en el programa de UAP del Pentágono, creado en 2020. Al año siguiente, empezó a tirar de la manta, "tras conocer informes preocupantes de múltiples compañeros y de militares respetados y acreditados en activo o retirados que dejaban claro que el Gobierno opera en este asunto en secreto, sin la supervisión del Congreso". Esa decisión lo llevó, según afirmó, a sentir que había "puesto su vida en peligro". "Y ciertamente, ha habido colegas míos brutalmente represaliados administrativamente por hablar", añadió el confidente, que calcula que por esos motivos solo el 5% de los avistamientos son denunciados.
En ese estado se encuentra el Área 51, base militar secreta e icono de la cultura popular que es sinónimo de teorías de la conspiración sobre alienígenas, ovnis y operaciones encubiertas del Gobierno para, supuestamente, ocultar al mundo las pruebas de que existe la vida extraterrestre, en 2020, el Pentágono difundió una serie de videos previamente clasificados de pilotos implicados en tres incidentes separados de 2004 y 2015, en los que parecían observarse encuentros con ovnis. La inteligencia estadounidense dijo entonces que si bien no existían pruebas de actividad extraterrestre asociada con esos objetos, tampoco la descartaron categóricamente.
Las declaraciones bajo protesta de decir la verdad es la misma confianza que nos ha brindado Estados Unidos al negar o mostrar lo que le convenga en un momento determinado, que es lo que a pasado en las últimas décadas con el caso roswell, el caso de Skinny Bob y Project Blue Book, siendo los casos más conocidos, pero de los que podemos estar seguros que no son los únicos, el Área 51 es más que una base militar, es donde se realizan los experimentos y negociaciones más importantes en tecnologia para nuestro mundo, claramente tenían razón al decir que iba a destapar muchas décadas de información clasificada, pero información que es necesaria para nuestra evolución, al considerar que hay seres con tecnología superior que de forma inconsciente hemos estado esperando.

A partir de dichas declaraciones se marca un suceso histórico en el mundo, donde cada vez las teorías de conspiración dejan de parecer fantasiosas, logrando descubrir la realidad que siempre estuvo frente a nosotros, aún falta mucha responsabilidad por parte de Estados Unidos, al hablar abiertamente de cada uno de los tratados que se han hecho entre seres humanos y alienígenas, con sus beneficios y riesgos incluidos, donde establezcan cada una de las torturas que realizaron con los cuerpos no humanos, antes o después de morir, con las preguntas ¿En que consistían específicamente cada experimento que se realizó con el?, ¿Qué naciones estuvieron involucradas durante todos estos años?, ¿Cuántas personas autorizaron esto? y la pregunta más importante ¿Las abducciones fueron autorizadas por algún gobierno?, una vez que se encuentren las respuestas a todas estas incógnitas se tendrá que llevar un nuevo juicio sobre derechos humanos y alienígenas.
La disciplina exopolítica es la campaña de desinformación pauteada por quienes desean presentar el contacto alien como algo nefasto y hostil. Quienes popularizan películas de invasiones y que quieren generar ansiedad o miedo al futuro ante forajidos espaciales que saquean recursos naturales o que secuestran personas para tratarlas como ganado.
La ciencia política no ofrece ninguna oportunidad de analizar el tipo de relaciones que indica la exopolitica”, ya que las relaciones 'políticas' entre terrícolas y extraterrestres tienen su espacio actualmente en programas de TV que advierten sobre la presencia de vida extraterrestre en la tierra desde tiempos inmemoriales y que habrían influido en culturas que van desde los egipcios, hasta los aztecas e incas, pasando hasta por los Rapa Nuis ancestrales, pero sin mayores metodologías de investigación y análisis.
Las intenciones del gobierno Estadounidense no son del todo desinteresadas, al contrario esto es una estrategia para mostrar su dominio, tanto en armamento, en tecnología, en el tema extraterrestre, mostrándose como el vínculo directo, como los únicos capaces de controlarlos, cuando la verdadera intención, es un nuevo mecanismo de la doctrina del shock, utilizando un factor externo y nuevo cómo es la vida alienígena, con la cual lleva lucrando desde su primer acercamiento, realizando experimentos dónde los exhiben y crean películas con un concepto maligno de ellos, usando el miedo como un arma.
La existencia de vida alienígena es algo que no se debería seguir cuestionando a estas alturas de la vida, cuando es muy clara su existencia, siendo seres con avance intelectual y tecnológico, donde existen las constantes visitas a nuestro planeta debemos de entender que sus intenciones no son malas, al igual que estar preparados para el montaje del siglo, que Estados Unidos planea para crear histeria colectiva.