La economía mundial frente al contexto de la guerra de Ucrania y Rusia.

Este conflicto está afectando la globalización comercial y financiera con una crisis del orden económico y financiero, que estará aumentando la incertidumbre sobre la duración del conflicto o sus consecuencias imprevistas, con las fuertes tensiones sociales, que estarán empeorando por la elevada inflación mundial, ante la cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) a pedido a los bancos centrales seguir endureciendo su política monetaria, con las elevadas tasas de interés para equilibrar esto, aunque ello implique una desaceleración de la economía con los ajustes desordenados en los mercados financieros globales.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) señala que los riesgos que ya han ralentizado la evolución económica mundial, que van a persistir y saben que esto puede empeorar, con lo cual se espera que el próximo año la economía mundialse frenaría más de lo esperado y que al menos un tercio de las economías mundiales entrarán el año que viene en una recesión técnica.

Se espera una recesión, esto implicaría que la economía de cada país esté afectada, donde tendrá una fuerte caída de su producto interior bruto (PIB), es decir, que su producción se rebajará por seis meses consecutivos, calculando que hay un 25% de probabilidades de que la situación empeore y el crecimiento global del año que viene no llegue ni siquiera al 2%, situación que no se daba desde 2001, a excepción del primer año de pandemia.

De tener una recesión se derribaría el mercado inmobiliario, que llevaría a varias empresas y naciones a la quiebra, dejando a cientos de millones de personas en todo el mundo desempleadas, pero cuando un banco central aumente las tasas de interés, uno de los efectos que aprovecha para reducir la inflación es que se aprecia la moneda, donde las tasas de interés más altas atraen a los inversionistas extranjeros, que impulsarán el tipo de cambio al alza, donde unas monedas más fuertes abaratan las importaciones y reducierán la inflación.

Otro efecto secundario del cual debemos preocuparnos en esta primera desinflación mundial es en el precio de los bienes, que no solo depende del tipo de cambio, sino también del equilibrio entre la oferta y la demanda, tanto en los mercados mundiales, como en los nacionales, este panorama es el primero en la era de globalización posterior a la Guerra Fría, que enfrentamos una inflación significativa y generalizada.

La cooperación internacional es clave para mantener al mínimo los dolores de la desinflación, con una anticipada participación de los efectos secundarios, con una red de seguridad internacional, para que los empleos sigan avanzando en los mercados laborales con una política pública fuerte, para evitar la desaceleración económica global con un mayor apoyo a los mercados emergentes y a los países en desarrollo, que están señalando las elevados tasas de interés en las economías avanzadas y el fortalecimiento del dólar provocando salidas de capital.


Los bancos centrales deben mantener la mano firme enfocando la política monetaria que ayude a controlar la inflación, pero la respuesta fiscal adecuada a la crisis del costo de vida se ha convertido en un importante reto, donde losbancos centrales se han ganado a base de mucho esfuerzo que podría verse socavada si se equivocan una vez más a la hora de estimar la persistencia fuerte de la inflación. 

La política financiera debe procurar que los mercados se mantengan estables, para ayudar a las economías a adaptarse a un entorno más volátil mediante inversiones en capacidad productiva, como el capital humano, la digitalización, la energía verde y la diversificación de las cadenas de suministros.

Los precios mundiales de los alimentos seguiran creciendo a un fuerte ritmo en laalza desde principios de 2022, siendo la más alta desde 1961, para el indicador de seguimiento de los precios de la carne, los lácteos, los cereales, los aceites y el azúcar, con la constante restricción de los envíos siendo estos el 30% de las exportaciones mundiales de trigo y el 18% del maíz, donde la mayoría eran enviados a través de los puertos del Mar Negro, que ahora está cerrado.

La escasez de alimentos puede llegar a ser extremadamente grave para países con estrechos vínculos comerciales con Rusia y Ucrania, incluidos Europa del Este, Cáucaso y Asia Central. Por otra parte, la reducción de los suministros de fertilizantes y los precios del petróleo aumentarán los costes de las cosechas, transportes y los procesamientos de los alimentos, con el incremento de los fletes marítimos a nivel mundial.

En septiembre, la caída se debió al retroceso de las cotizaciones internacionales de los aceites vegetales, que compensaron una subida en los precios de los cereales, con la mayor salida de grano de Ucrania a partir del acuerdo alcanzado con Rusia a finales de julio, para permitir la salida de los barcos, que puedencontribuir a controlar esa caída de precios.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, ONUAA, o más conocida como FAO, señaló la "indcertidumbre sobre las exportaciones de Ucrania" y apuntó una caida en el comercio mundial de cerales en la campaña que acaba en junio del año próximo.

Se tiene la necesidad de conseguir alimentos y bebidas en cantidad de calidad suficiente, pero también a unos precios que los ciudadanos puedan comprar, asegurando la rentabilidad de las explotaciones de los agricultores y de los ganaderos, de las industrias alimentarias y de la distribución, se estima que los productos alimenticios tengan una disminución paulatina durante el 2023, donde su cotización se podrá mantener en niveles altos, con pérdidas importantes en el poder adquisitivo de las familias.

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